Una sanación desde el interior proviene de un cambio de percepción; en un momento comprendes que lo que estás viviendo actualmente es el resultado de una forma de pensar con relación a algo que viviste en el pasado. Y cuando asumes tu responsabilidad en ese asunto y emprendes un cambio interior para modificar tu forma de pensar (aquella que te llevó a vivir lo que estás viviendo hoy), comienzas a ver los cambios – sanación – en tu vida actual.
Un Curso de Milagros define un milagro como un cambio de percepción basado en el amor (Los milagros ocurren naturalmente como expresiones de amor. El verdadero milagro es es amor que los inspira. En este sentido todo lo que procede del amor es un milagro- UCDM, Capítulo 1- I).
Veámoslo con un ejemplo:
Si en la vida me encuentro con personas que me maltratan o acosan moralmente (comentarios y comportamientos que me duelen), seguramente esto tiene relación con una herida que tuve en la infancia que aún no he sanado. Quizá vi este modelo de maltrato en mis padres u otras personas, o lo viví personalmente, y ahora que soy adulta lo vivo en algunas de mis relaciones.
Lo más importante para el cambio es tomar consciencia. El «Darse cuenta» es el camino inicial en la transformación de sí mismo. Darse cuenta cómo me siento, darse cuenta si esto se ha repetido en mi vida, darse cuenta que quizá cómo me siento está relacionado con cómo me sentí en mi pasado, darse cuenta que hay una herida que sanar, darse cuenta que solo yo la puedo sanar, darse cuenta que la forma de sanarla es dándome amor, comprensión y valor a mí misma.
Sin herida no hay víctima, y sin víctima no hay verdugo.
Si no sano mi herida, ando por la vida buscando a otros que me recuerden lo mal y triste que se siente no ser amado y valorado. Pero cuando soy consciente que la solución está en mí, en comprender que debo darme a mí misma el valor, la comprensión y el amor que necesité, la situación comienza a cambiar (sanar).
Ya no busco culpables afuera; si alguien me hizo algo, fue porque yo lo permití, porque creía que era lo que me merecía. Pero comprendiendo esto, asumo mi responsabilidad de cuidar de mí misma, darme amor y pedir el amor que quiero recibir, también como me valoro, no permito que otros me maltraten.
Sin embargo, esto no quiere decir que con hacer esto ya no encuentre dificultades en mis relaciones o momentos de maltrato; si estos aparecen puedo elegir verlos como momentos que me están mostrando que hay partes en mí que no estoy amando. Es decir, lo que veo afuera lo corrijo adentro.
Un ejemplo más: Si actualmente estoy viviendo un síntoma físico que me está causando incomodidad y malestar, decido comprender que lo que estoy viviendo es el resultado de la forma como viví una situación en el pasado (quizás no acepté lo que pasó, me culpé por haber hecho algo, resentí algo que me hicieron, etc.), asumo mi responsabilidad de mi estado actual y comienzo a buscar esa causa interna y a darme aquello que necesité, iniciando así la sanación desde el interior.
¿Por qué se da la sanación?
Porque comprendo que soy causa y no efecto de mi vida, es decir, yo hago que las cosas sucedan. Yo recojo la cosecha (resultados) de las semillas (emociones) que sembré (sentí), si no me gusta la cosecha, debo buscar qué semillas sembré y cambiar las semillas para que la siguiente cosecha sea lo que yo quiero (si no me gusta los resultados, debo buscar qué emociones sentí y cambiar estás emociones para que los siguientes resultados sean lo que yo quiero).
Cuando cambiamos las semillas estamos cambiando nuestra percepción, estamos eligiendo sentir más amor y comprensión hacia nosotros mismos.
Amarse a sí mismo es una tarea que se tiene por toda la vida, porque a través de esta tarea se construye todo lo que nos rodea.
Mi Audio Subliminal Terapéutico «Gracias, Te Amo» te ayudará a reprogramar tu mente hacia el Amor y el Agradecimiento.
Con amor,
Carolina Rentería
Bióloga – Coach Espiritual
Terapeuta en BioReprogramación y PNL
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