A veces cuando estamos por el camino del crecimiento personal nos volvemos más autocríticos y nos juzgamos por no cambiar rápidamente con la información que recibimos. Pero no pretendo promover tu autocritica, es solo un recuerdo para enfocar tu pensamiento hacia lo que quieres.
Mi objetivo es generar conciencia, porque simplemente lo olvidamos.
Existen en nosotros unos patrones de comportamiento equívocos que están en oposición con nuestro propósito, pero que paradójicamente creemos que son el camino para conseguirlo; y son la queja (autocrítica), la crítica y el pensamiento negativo.
Pensamos que al compartir con otros lo que nos aqueja de nosotros mismos, esto cesará, pero no es cierto. Solo genera más energía negativa que dará como resultado más motivos para quejarnos y no aceptarnos.
Sucede igualmente con la crítica, pensamos que ésta compondrá lo que vemos que está mal en nuestro alrededor, pero no es así, además de obtener más razones para criticar, se refuerza el pensamiento inconsciente de «todo está mal afuera y no soy yo».
Y pensar constantemente en lo que nos preocupa, sufrir por lo que sucedió o puede suceder; nos resta poder y nos hace adictos al sufrimiento, a encontrar más razones para mantenernos así.
Pero ¿por qué lo hacemos si sabemos que esto no nos ayuda? No sé por qué sucede esto, pero sí sé que podemos cambiar este patrón mental.
Lo más importante es entender algo muy simple: Lo igual atrae lo igual, no hay manera que sea diferente.
Si pienso y siento escasez, estoy atrayendo escasez.
Si siento amor, pasión y bondad, eso mismo atraeré en mi vida.
Si siento miedo, atraigo situaciones para vivir ese miedo. Napoleón Hill en su libro «Hágase Rico con Paz Mental» decía: El miedo es como una oración pero al revés.
Entonces lo mejor que podemos hacer es sintonizar las emociones que le damos al universo con las que deseamos recibir de él. (Definición de sintonizar: Hacer que dos o más circuitos tengan la misma frecuencia)
Más claro: Si deseo recibir amor y respeto, entonces puedo dar amor y respeto. Si deseo abundancia, entonces puedo ser abundante en mis emociones y pensamientos. Si deseo salud, puedo ser agradecida por la salud que tengo, resaltando lo que sí está bien, o reconociendo la salud y perfección que me rodea.
Lo anterior generalmente genera controversia y preguntas como: ¿cómo puedo dar algo que no tengo?, ¿cómo puedo ser abundante si mi vida está llena de escasez? Puedo responder de dos maneras:
1. Hemos probado por muchos años (los años que tenemos) que no funciona la queja, la crítica o el pensamiento negativo, que lo que hacen es darnos más de lo mismo, de lo que no queremos.
2. Es posible hacerlo, pero no es fácil. Implica salir de patrón anterior. Significa creer en tu poder, amarte con errores y ser tu amigo. Se trata de ser creativo, de jugar con situaciones que te hagan sentir las emociones que están en sintonía con lo que deseas. Se trata también de vivir en el ahora y estar agradecido por todo.
Es como cuando sintonizas una frecuencia radial, tú sabes la frecuencia de tu emisora favorita (sabes cuál es tu deseo), lo que debes hacer para sintonizarla es mover el dial de tu radio hasta llegar a ella (mover tus emociones hasta que sean similares a tu deseo), y después disfrutar de la emisión (disfrutar del resultado).
Recuerda, lo igual atrae lo igual.
Con amor,
Carolina Rentería
Bióloga – Coach Espiritual
Terapeuta en BioReprogramación y PNL
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